lunes, 26 de marzo de 2012

Reflexión semanal del 26 de Marzo al 1 de Abril

LA SENCILLEZ DE LA IGLESIA
(Hechos 2:42)
Objetivo: Examinar en qué cosas se enfocaban en la iglesia primitiva.
Introducción
1.- En una rápida lectura de este v. ¿qué preguntas y reflexiones te surgen con respecto a la Iglesia universal y a nuestra iglesia local?
  • Desde la perspectiva de la iglesia universal: Al preguntarnos en qué se diferencia la Iglesia de hoy de aquellos 1os. cristianos y descubriremos que, al complicarlo todo, hemos fracasado estrepitosamente.
  • Desde la perspectiva de la iglesia local: Veremos nuestra pequeña iglesia y observaremos si es que estamos fallando en algo según el modelo bíblico. También animarnos si es que nos vemos parecidos a esta 1ª iglesia de Hch., ya que somos una iglesia pequeña, sin recursos, sin gente poderosa e incluso en algún sentido somos una iglesia perseguida.
Perseveraban
V. 42
2.- ¿Qué significa perseverar?
Significa ser fuerte en algo, agarrarse con fuerza a algo.
3.- ¿Qué preguntas podríamos hacernos nosotros a nosotros mismos sobre nuestra perseverancia? Desarrolla cada una.
¿Persevero en el deseo de reunirme, con ganas de hacerlo, sintiéndome unido a los demás, con el motivo correcto y sabiéndome el último de tus hermanos?
La 1ª pregunta: ¿deseas reunirte, con otros cristianos? Porque si no sientes ese deseo, la conclusión es muy sencilla: simplemente no eres cristiano. No es que seas tan sólo un poco cristiano (eso no existe), simple y llanamente no eres cristiano.
La 2ª pregunta: y... si lo hacemos, ¿lo hacemos con ganas? Porque aquellos 1os. cristianos no sólo se reunían regularmente (perseverando unánimes cada día en el templo-v. 46), sino que lo hacían con verdadera pasión. No era para ellos una obligación religiosa, todo lo contrario. De hecho les iba la vida en ello (literalmente hablando).
Cuando alguien nace de nuevo, lo manifiesta perseverando. A Pedro no le vemos persiguiendo a estos hombres y mujeres para que se reunieran, muy probablemente sería acertado decir que fue al revés.
Si sientes esto: “que resultaría imposible que nadie en el mundo con toda su fuerza, pudiera separarte de tus hermanos, de esta familia, de tu iglesia”, es que entonces has nacido de nuevo.
3ª pregunta: ¿Te sientes unido a personas que, aunque de diferentes clases sociales, países, edades, estudios o formas de ser, son miembros de tu iglesia? o ¿piensas que no encajas con ellos? Porque si es así, no nos pareceríamos en nada a la Iglesia de Hch. 2.
En Hch. 2 vemos una reunión tremendamente cosmopolita: Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes.
Este es otro milagro del nuevo nacimiento espiritual. Que perseveran juntas unas personas que en otras circunstancias no se soportarían ni por interés. Existe en la Iglesia una unidad extraordinaria más allá de clases sociales, países, edades, estudios o formas de ser y que ha perdurado por siglos hasta el día de hoy. Y es extraordinaria ya que no se ve en ninguna otra reunión o asamblea que no sea la iglesia.
Esta increíble unidad se debe a lo siguiente:
todos nos hemos dado cuenta que somos iguales (pecadores). Y como pecadores todos necesitamos lo mismo (el perdón), a todos se nos da la misma solución (Cristo) y eso iguala, eso une.
La 4ª pregunta que nos debiéramos hacer tiene mucha relación con la anterior. En el Libro de Hechos, vamos a ver como todas estas personas, resultaban inseparables a pesar de sus evidentes diferencias. ¿Por qué? ¿cuál es la razón, el motivo de esta unión? ¿por qué se gozaban en las reuniones a pesar de sus diferencias?
A ellos les unía Cristo. El propósito no era una filosofía, ni una doctrina política, ni unas chicas, ni el dinero, ni el poder. El propósito, la razón, el motivo era Cristo. Y eso une. Y la pregunta para nosotros ha de ser la misma: ¿por qué nos gozamos al estar juntos? ¿cuál es el motivo, la razón? Y la respuesta ha de ser: Cristo.
Y hay una última pregunta que debiéramos hacernos para saber si es que estamos siendo perseverantes, correctamente perseverantes. ¿Nos vemos nosotros, a nosotros mismos, como personas que no somos nada, personas sin jactancia, personas que no venimos a la iglesia a presumir de lo que somos o tenemos, sino a servir a los demás?
Pablo es un buen ejemplo: Fil. 3:4-8.
Doctrina de los Apóstoles
4.- En Jn 17:8, y 14, vemos el porqué hay que perseverar en la doctrina de los Apóstoles. ¿Cuál es este motivo?
En el v. 8 vemos... “porque las palabras que me diste (la palabra del Padre), les he dado; y ellos (los apóstoles) las recibieron. En el v. 14 lo volvemos a ver: “Yo les he dado tu palabra...”
Así que la enseñanza de los apóstoles era especial, porque lo que ellos tenían no eran sus palabras sino la palabra del Padre.
5.- Razones por las cuales es necesaria la doctrina de los Apóstoles.
1.- Para nacer (Stgo. 1:18) “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”. Este es el 2º nacimiento del que hablaba Jesús a Nicodemo cuando le decía que era necesario nacer de nuevo para ver el reino de Dios. Porque antes (como nos dice Pablo) estábamos muertos en nuestros delitos y pecados.
2.- Para crecer (1ª Pe. 2:2) “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”.
Los niños demandan su leche por encima de todo lo demás, no les puedes engañar. Así debe ser el cristiano si le engañan con la Palabra. No debes transigir con la Palabra, lo mismo que mis hijos nunca lo han hecho con su biberón.
3.- Para madurar: Es patético ver a alguien con 40 o 50 años comportándose como un niño de 12. ¿A que sí? ¡Pues los hay!!
Esa persona no tuvo un problema de crecimiento. Creció y lo hizo bien. Lo que tiene esa persona es un problema de madurez.
Leer (Hb. 5).
4ª Para no morir: ¿Cómo puedo no morir? Pues siendo como Jesucristo, resucitando con Él... pareciéndome a Él.
Santiago 1:21 “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.
Comunión unos con otros
6.- ¿Qué significa comunión?
Comunión: koinonia. Comunión es mucho más que estar juntos. Significa tener en común, participar unos con otros de todo lo esencial en la vida. De las alegrías e incluso también, de las tristezas.
7.- Lee Hebreos 10:24-25 y explícalo a la luz de la “comunión unos con otros”.
“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.
¿Cómo voy a estimular al amor y a las buenas obras... si no me congrego? ¿A quién voy a exhortar o quién me va a exhortar si no tengo comunión con aquellos que lo pueden hacer? ¿Desde hace cuánto tiempo no te me exhortado nadie? Estamos diseñados para vivir en familia y es el pecado del egoísmo el que estropea nuestra comunión, nuestra vida en familia.
Partimiento del pan
8.- ¿Qué quiere decir, qué es y qué no es?
La Cena del Señor. Es un memorial, un recordatorio. No es un rito.
9.- Lee 1ª Cor. 11:23-26 y dime dos motivos por los cuales debes participar.
11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 
11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 
Acabamos de ver el 1er. motivo por el que debo participar de la Cena del Señor:
1.- Es un mandato, y esto lo vemos... en la doctrina de los apóstoles. Dice Pablo: yo os he enseñado lo que de Él recibí. Y el Señor mismo dice: haced esto... en memoria de mí.
11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;  haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
Acabamos de ver el 2º motivo por el que debo participar de la Cena del Señor:
2.- Es un recordatorio de:
  • Un nuevo pacto en la sangre del Señor. Dios ha hecho un nuevo pacto con el hombre, ratificado por el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
  • La muerte del Señor. Gracias a Su muerte y sólo por su muerte somos salvos. Al principio los apóstoles se sentían avergonzados de su muerte. Pero ahora la anuncian. Antes no entendían nada. Su muerte significaba para ellos la derrota final. Pero en su resurrección el Señor les dio el pleno conocimiento sobre el verdadero significado de Su muerte. No era una derrota sino todo lo contrario, la completa victoria sobre el pecado. Él se llevó mi pecado y como ahora vive, ya no tengo que pagar por mi transgresión si es que pongo mi confianza en Cristo.
  • De su regreso. Recordamos que regresará, que se ha sentado a la diestra de Dios, pero que está esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies (Hb. 10:12-13).
10.- Lee 1ª Cor. 11:27-29 y dime quién debe participar.
11:27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 
11:28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 
11:29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
Este recordatorio me pone en la perspectiva real de mi situación delante de Dios. Me recuerda quién soy yo y quién es mi Señor y lo que hizo por mí... hacerme digno.
Algunas personas en las iglesias no participan en la Cena del Señor porque se sienten indignos. Y sentirse así está bien porque es lo que somos, indignos. Pero cuando alguien reconoce su indignidad, es que entiende que Cristo murió por él y sabe que ha sido aceptado por Dios, aún siendo indigno de ello.
Pero por eso mismo eres digno. Lo que Dios ha hecho digno, no lo llamemos nosotros indigno. Por lo tanto, al reconocer mi indignidad entonces soy digno y por lo tanto puedo participar.
Resumiendo: Si te consideras indigno, entonces puedes participar del pan y del vino. Si por el contrario, crees que eres digno... ni se te ocurra tocarlos, porque eso significaría que, o no entiendes o no quieres entender lo que Cristo ha hecho por ti en la cruz... hacerte digno.
Las oraciones
11.- ¿Por qué el orden que hemos visto (doctrina-comunión-partimiento del pan-oraciones) es tan importante y que relación tiene con la oración y el ecumensimo?
Hay algunas personas que se dicen cristianos y están teniendo reuniones donde rezan con personas que claramente no son cristianas. Está muy de moda el ecumenismo y piensan que eso es comunión, pero hemos visto que la comunión, al igual que la oración, viene después de la doctrina de los apóstoles. Ellos dicen que la “comunión” es lo importante y no la doctrina, que la doctrina divide y la comunión une. Pero en este v. vemos (al igual que en toda la Biblia) que sin doctrina, sin enseñanza, el resto se vicia y se estropea... no se entiende.
Como mínimo confunde, por eso vemos en este v. que la doctrina de los apóstoles viene en 1er. lugar, y eso es lo que le da al resto de las actividades cristianas su verdadero sentido.
Hacer las cosas al revés no es cristianismo, ni es comunión, ni es unidad. Habrá personas con buena intención pensando que, aunque no todos tengan la doctrina de los apóstoles, eso no es lo importante.
Pues no sólo es importante, es que es lo más importante para la Iglesia.
No se debe empezar por la oración, no es posible como vemos en este v. No se empieza por la oración, sino por la perseverancia en la doctrina de los apóstoles. En la Iglesia primitiva oraban juntos, porque todos estaban de acuerdo en la doctrina.
Este orden no es casual. Hechos es un Libro que está inspirado por Dios mismo, por eso la enseñanza de los apóstoles determina el resto de las cosas:
  • La enseñanza es la que dirige la comunión.
  • La enseñanza es la que explica el significado del pan y del vino.
  • La enseñanza es la que nos enseña cómo y qué debemos orar.
12.- ¿Por qué debo perseverar en las oraciones con mi iglesia?
Pues porque hace de nexo de unión entre las anteriores actividades de la iglesia:
  • ¿Cómo voy a entender la doctrina de los apóstoles? Pues en oración. Por eso antes de la predicación nos ponemos (nosotros y al pastor) en oración para que sea el ES quien nos dé el entendimiento de lo que se nos va a explicar.
  • ¿Cómo voy a poder tener comunión en la iglesia con esa persona que no me cae nada bien? Pues con oración.
  • ¿Cómo voy a entender la dignidad que me ha sido otorgada (para poder participar de la Cena del Señor) y sin merecerlo, si no es con oración?
 

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