domingo, 15 de abril de 2012

Lo que todos deben saber

Predicación sobre Hechos 3:12-26

lunes, 9 de abril de 2012

Reflexión semanal del 9 al 15 de Abril

LEVÁNTATE Y ANDA
(Hechos 3:1-11)
Objetivo: Preguntarnos si estamos siendo los instrumentos que el Señor quiere que seamos, transmitiendo Su poder a los imposibilitados de entrar al templo.
Introducción
1.- ¿Hacia dónde apunta esta señal?
Los milagros son señales. Así que si son señales es porque sirven, apuntan, están hechas para algo. No son un fin en sí mismas, sino que tienen otro objetivo final. Conducirte a algo mejor que la propia señal.
El objetivo de las señales y milagros es apuntar a Cristo (el Autor, el Señor de las señales).
Vv. 1-2
2.- ¿Qué es lo que representa este “cojo de nacimiento”?
Si en este v. sólo vemos a un mendigo, erramos en el propósito del pasaje. Aquí está representada toda la humanidad. Así somos todos los hombres antes de llegar a Cristo: pecadores, incapaces de poder entrar en la presencia de Dios. Como mucho siendo transportados hasta la puerta del templo y dejados allí, sin poder entrar.
3.- ¿Qué quiere decir que era “cojo de nacimiento”?
Este v. 2 dice que este hombre era cojo de nacimiento, pero en el original, la palabra que se utiliza es koilia, o sea desde el vientre de su madre. Lo que nos indica esta palabra es que este hombre era ya así, no desde cuando nació, sino desde antes de nacer.
¿Qué quiere decir esto? pues que desde el vientre de nuestra madre, todos nosotros venimos incapaces, cojos, defectuosos. Así es nuestra naturaleza: no podemos andar tal y como Dios quiere que andemos. No es que tropecemos en la vida y debido a ese accidente no podemos entrar en el Templo (o sea a la presencia de Dios) no. Sino que desde que nacemos estamos excluidos de poder tener comunión con Él.
Por muchos esfuerzos que realicemos, incluso con todas las ayudas de este mundo, como mucho llegamos hasta la puerta, pero por fuera.
No es la sociedad la que nos estropea. “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre” (Salmo 51:5). Este Salmo me recuerda que no es la sociedad la que me estropea, este Salmo me recuerda que ya vengo estropeado de serie. Y el 1er. paso para arreglar este estropicio es reconocerlo. Y este es el error de la humanidad en general. Que no ven el estropicio, que no lo quieren ver. Y sin embargo, mira a los niños en una guardería, nadie les enseña lo malo, les sale solo y les sale de maravilla.
4.- ¿Qué es lo máximo que puede esperar del mundo un “cojo de nacimiento”?
Lo máximo que puede hacer el mundo por un paralítico es darle limosna. El mundo es incapaz de ayudarnos a vivir una vida plena y rebosante. Limosnas y nada más, es lo que recibiremos de la sociología, de la psicología, de la ética, de la moral, de la política, de la religión, incluso de la educación.
Pablo lo sabía muy bien, por eso tuvo por basura todos sus logros en la carne. Además nos dice en 1ª Cor. 1:21 que “el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría”, por eso sigue diciendo, “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. Nunca conoceremos a Dios por la ciencia, porque Él así lo ha dispuesto y es muy sabio.
Limosnas es lo que del mundo recibimos, migajas de paz, migajas de felicidad, migajas de esperanza. Sin Cristo, somos mendigos de migajas para poder sobrevivir día tras día, como hacía este paralítico. Sin embargo fuimos creados para mucho más que para mendigar migajas.
Vv. 3-5
5.- Este “cojo de nacimiento” espera recibir algo ¿qué es, y qué significa eso que pide para su vida?
Este pobre hombre espera recibir algo, pero es algo equivocado. Limosna. No levanta la vista para solicitar lo que su alma anhela. ¿Por qué? porque ni siquiera lo espera. Pedro y Juan le tienen que decir: míranos.
Estaba tan acostumbrado a recibir limosnas que ni mira a aquellos que se las dan. Mira hacia el suelo. Más de 40 años (4:22) en esa miserable condición de postración, hace que no tenga ninguna esperanza de que su destino cambie. Recibe limosnas, pero eso no cambia su vida paralizada. A pesar de ello sigue rogando que se las den, y eso es porque no conoce otra cosa y no espera otra cosa.
6.- Dime un motivo por el cual mucha gente no cree en la iglesia.
Pues que lo que recibe de la iglesia que ellos conocen son limosnas. Por eso ni miran hacia aquellos que les hablan, porque esa iglesia que conocen no tiene el poder de Jesucristo para transformar vidas. Pero así no debiera ser la verdadera Iglesia.
¿Qué ven, qué perciben hoy estos hombres paralizados (sin verdadera vida) en la Iglesia? ¿arquitectura, escultura, pintura, procesiones, música, filosofía, moral, política, trabajo social? Y todo esto en el mejor de los casos.
Pues esas cosas ya las tienen en el mundo, para eso no murió Cristo, para eso no hemos sido llamados.
V. 6
7.- ¿Para qué hemos sido llamados? Para poder decir...
No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”.
8.- ¿Qué debieran ver los “cojos de nacimiento” en la Iglesia?
Lo que acabamos de leer. El ministerio de la Iglesia es hacer frente al verdadero problema de este tipo de hombres y mujeres: no darles limosna, sino ofrecerles sanidad total para que dejen de ser paralíticos que no pueden entrar al Templo a adorar a Dios.
Por lo tanto tú y yo, que somos parte de la Iglesia, ¿qué podemos hacer por alguien así? ¿qué podemos hacer por ese amigo o conocido, vecino o compañero de trabajo que vemos que está lisiado, inútil total y que no tiene ninguna esperanza en este mundo, aunque él ni se plantee que pudiera tener otra vida? Pues decirle: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
9.- ¿Qué podemos aprender de la anecdótica conversación del Papa Inocencio IV con Tomás de Aquino en 1.260?
El Papa le mostró la fabulosa riqueza del papado. Después del recorrido el Papa le dijo: “ya ves Tomás, a diferencia del 1er. papa, no puedo decir: “No tengo ni plata ni oro”. Tomás le respondió: “Ni tampoco puede Vd. decir en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”.
Es patético observar cómo se puede ser y estar tan ciego, cuando además se conocen las Escrituras, e incluso se citan. Y esto es lo que nunca debiera ser la Iglesia. Un grupo de personas que han perdido el propósito de su llamado, que es extender la mano al cojo de nacimiento para poder decirle con la autoridad de Cristo: levántate y anda.
Esta es la diferencia con cualquier otro grupo de personas que no son la Iglesia, que nadie puede (porque no tiene) este poder de levantar de la postración al paralítico, al menesteroso, al que nunca ha conocido el Templo.
Podrán enseñarte filosofía, o moral, o educación, o entretenimiento, pero nunca podrán levantar a nadie del suelo, porque eso sólo lo puede hacer Cristo. Y eso hoy lo hace a través de Su Iglesia.
10.- ¿Cuál es el problema de los “cojos de nacimiento” que nosotros conocemos, y cuál sería su solución?
El problema del cojo que vemos en este pasaje (al igual que los cojos que conocemos en nuestras relaciones cotidianas) es que como nacieron así (y la maldad es algo con lo que se nace) pues no son conscientes que pueden ser liberados de eso y por eso ni siquiera piden correctamente. Así que cuando alguien (como Pedro y Juan se acercan), ni piden correctamente, ni miran cuando piden.
Por eso tenemos que mirarles nosotros a ellos y decirles: míranos, como vemos en el v. 4.
El problema de la humanidad es un problema de nacimiento. Desde que nacemos, desconocemos a Dios. El hombre nace así. Y, ni pide correctamente, ni mira a quien le puede ayudar de verdad. Todos los hombres necesitan este milagro, el milagro que sólo Jesús puede hacer... y ahora Jesús lo hace a través de Su Iglesia.
Ese problema congénito del ser humano le impide mirar a Dios y por lo tanto no le conoce y al no conocerle no sabe cómo vivir de verdad. No sabe ni vivir ni sabe morir.
Vv. 7-8
11.- El mensaje es Jesús de Nazaret y no otro ¿Por qué y para qué debemos dar este mensaje?
• Porque no hay otro con poder para levantar a los “cojos de nacimiento” del suelo.
• Para que podamos ponernos en pie y podamos entrar a tener comunión con Dios en el Templo. No sólo nos perdona los pecados, algo imprescindible para poder estar en Su presencia, sino que nos habilita para tener vida plena, vida de verdad, y eso desde hoy, desde ahora mismo. Pero claro, para poder llegar a tener esta vida debemos poder mirar hacia arriba y aceptar que somos inválidos de nacimiento.
Con esta nueva vida, este hombre ya puede entrar al Templo y andar, saltar y alabar. Todo esto fue... al momento. Dios te justifica al momento, al momento puedes entrar a Su Presencia. Otra cosa será tu nuevo caminar en Cristo, con tropezones. Pero desde ¡ya!! puedes entrar donde nunca pudiste, donde nunca soñaste.
Vv. 9-10
12.- ¿Qué les ocurre a los demás cuando un “cojo de nacimiento” es levantado del suelo?
Cuando realmente hay una transformación en la vida de un paralítico, todo el mundo lo ve. Algunos no lo querrán reconocer... pero se ve. Y no lo querrán ver porque aunque se llenan de asombro, también se llenan de espanto. La palabra que aquí se ha traducido por espanto es (ekstasis) o sea, un asombro que te deja paralizado. No significa pánico.
Toda la vida le han visto como un inútil, pero ahora puede andar y además salta porque está contento... tiene el gozo de la salvación.
¿Nos ve todo el pueblo andar, andar conforme a la voluntad de Dios? ¿Nos ve todo el pueblo alabar a Dios, no digo sólo con la boca, sino con la vida? A este hombre sí le vieron. Sólo cuando uno ha sido realmente sanado de una parálisis de más de 40 años, es capaz de saltar de gozo y de alabar a Dios sin vergüenza ninguna.


V. 11
13 ¿Qué te enseña este v. 11?
Pedro, Juan y el que ha sido sanado, salen del Templo. O sea no se quedan en la iglesia, porque en la Iglesia no pueden entrar los paralíticos. Están imposibilitados para tener comunión con Dios.
Es fuera de la iglesia donde, casi siempre, tenemos que dar testimonio de Aquel que es el Autor del milagro.
14.- Haz un resumen de este milagro y compáralo con los “cojos de nacimiento” que conoces en tu vida cotidiana.
Este cojo es una ilustración de la humanidad:
  1. Nació cojo, y todos nacemos pecadores.
  2. No podía andar, y ningún pecador puede andar de manera que agrade a Dios.
  3. Estaba fuera del Templo, y los pecadores están fuera del templo de Dios (la Iglesia).
  4. Mendigaba, y así son todos los seres humanos que no han sido levantados por Jesucristo: mendigos buscando satisfacción y sin encontrarla.
Del mundo, como mucho, recibiremos limosnas que nos dejarán como estábamos: tirados y postrados en el suelo. Sólo hay que levantar la vista. La mayoría de los seres humanos van con la vista hacia abajo y sin embargo los hijos de Dios les decimos (como Pedro y Juan): “Míranos”.

domingo, 8 de abril de 2012

Levántate y anda

Predicación sobre Hechos 3:1-11

lunes, 2 de abril de 2012

Reflexión semanal del 2 al 8 de Abril

LOS RESULTADOS DE LA SENCILLEZ EN LA IGLESIA
(Hechos 2:43-47)
Objetivo: Examinar los resultados que proporciona el perseverar en lo que hay que perseverar (y no en cuestiones accesorias) y que desemboca, entre otras cosas, en la felicidad en esta vida.
V. 43
1.- ¿Cuál es el 1er. resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
El temor.
Lo 1º que hay que decir es que no es el temor a los hombres o a las circunstancias de lo que habla este v; sino que de lo que se trata es del temor de Dios. El temor a Dios es respeto. Respeto de quién es Él y de Su soberanía. Él no es cualquiera y si me dice que algo ha de hacerse, yo he de hacerlo porque sé (aunque no lo crea, o no lo sienta, o no lo vea), sé que debe ser así. Ese temor, que es limpio (como dice el Sal. 19:9), produce en mí, vida. Porque me hace no cometer las imprudencias que mi carne y mi corazón me invitarían a hacer y eso yo lo agradezco.
También es un temor santo, porque me sé siempre delante de la presencia de Dios. Hay muchas personas que no tienen temor de Dios, aunque van a la iglesia. Si es que hay alguien que no tiene ese respeto, es que esa persona no tiene conciencia de quién es Él, y por lo tanto no hay temor de Dios.
El temor a los hombres o a las circunstancias no produce las mismas consecuencias que el temor de Dios. No es un temor santo, por eso ese temor del mundo me lleva a la angustia, a la culpa, a la zozobra, al dolor. El de Dios produce vida.
2.- ¿Por qué viene en 1er. lugar este resultado que acabas de analizar?
El temor de Dios es el 1er. resultado de las 4 cosas que vimos en las cuales había que perseverar, porque cuando uno persevera en ellas (la doctrina de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y las oraciones) entonces es cuando te viene el entendimiento de quién es Él y de quién soy yo y eso provoca en 1er. lugar: el temor de Dios.
3.- Lee Lc. 5:4-11 y desarrolla el “temor” que ves ahí.
Jesús no le había dicho nada, ni le había regañado, ni le había dicho que era un pecador. Sin embargo Pedro, al darse cuenta quién estaba delante suyo, se arrodilló porque le vino temor y eso ocurrió porque fue consciente de quién es Él y de quién es Pedro. Y ese temor (que no es el temor del mundo) produce paz: “Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”. Si ese temor, no produjera paz, no le hubieran seguido.
4.- ¿Cuál es el 2º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
Maravillas son cosas que puedes hacer, con las cuales dejas al de enfrente estupefacto, sin habla.
Lo que no es, son esos milagros que a veces pedimos, como si la iglesia fuese un circo, en vez de desear ser llenos del ES como nos dice Ef. 5 y 6.
Estas maravillas y señales las conseguiremos porque serán el producto de poner en práctica el v. 42 y no de desear perseverar en otras cosas que pudieran aparentar más espectaculares.
Estas maravillas y señales tienen un objetivo: sorprender, dejar estupefactas a las personas y que así puedan glorificar a Dios.
5.- ¿Qué significa que... “eran hechas por los apóstoles”?
Por los apóstoles, significa que serán hechas a través de... los apóstoles. Este “por” se entiende mejor en inglés o en griego. Es algo que ya estaba preparado de antemano por Dios y que será hecho a través de nosotros. Somos canales, vías por las cuales descienden las maravillas de Dios.
6.- ¿Cuál es el 3er. resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
Solidaridad. Estamos en unos momentos en que de repente se habían añadido 3.000 personas, que habían venido de fuera para la fiesta de la Pascua y que se quedaron hasta Pentecostés. Eran personas que necesitaban apoyo, porque surgió un imprevisto (la conversión de tantas personas) y por lo tanto apareció una necesidad.
Y la comunión de unos con otros provocó este milagro en el corazón: la solidaridad, la fraternidad, el apoyo mutuo. Que es lo contrario del egoísmo, del desamparo.
En ningún lugar de la Biblia se obliga a vender todas las cosas. En estos vv. no se habla de comunismo. Los que piensan que esto es comunismo, están muy equivocados. La Biblia no habla ni de comunismo ni de capitalismo. La Biblia de lo que habla es del corazón de Dios y del corazón del hombre. Y la gran diferencia entre ambos.
El capitalismo te dice que lo mío es mío. El comunismo que lo tuyo es mío, pero el cristianismo me dice que lo mío es tuyo.
No habla de una imposición, como en el comunismo. Se trata de hacerlo por amor. Somos mayordomos de lo que tenemos en esta tierra y el dueño es Dios. Por eso cuando apareció esta necesidad en Jerusalén, todos tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
Vemos, pues, que nadie quitaba nada a nadie. Ni siquiera se repartía de manera igualitaria, sino que lo repartían a todos según la necesidad de cada uno, que es muy diferente. Se amaban tanto, que no estaban dispuestos a que nadie pasase necesidad. Así que, si un hermano tenía dificultades, cualquier otro estaba dispuesto a vender lo que tenía para ayudarle. Y eso nos habla de una comunión extraordinaria. O sea: eran uno.
7.- ¿Cuál es el 4º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La alegría.
La alegría depende totalmente de un factor previo: el temor de Dios. Algo que al mundo le parece una locura, pero que es el principio (la base) de una verdadera y correcta concepción de la felicidad.
No consiste en la alegría del mundo.
En el mundo: no puedes encontrar la felicidad sin algún tipo de droga (o sea que depende de las circunstancias externas).
El gran problema de esta “alegría” es que proporciona una satisfacción pasajera y superficial y además cada vez demanda más energía externa (dinero, tiempo, drogas, etc)
Toda esa alegría que el mundo ofrece , desaparece en cuanto desaparece aquello que la sustenta. Si no tienes dinero, si no puedes pagarte el cine, si no tienes tiempo para gastar, incluso si no tienes salud, entonces ya no tienes alegría, ya no tienes placer, ya no eres feliz.
Con Cristo: La alegría del cristiano no está basada en cosas externas (en las circunstancias), por eso es más que una simple alegría, es un gozo profundo y no superficial. Esta alegría, basada en el gozo de la salvación, incluye el elemento que hemos visto en 1er. lugar hoy: el temor de Dios.
Así que cuando nos centramos en perseverar cada día en el templo y en las casas, es cuando la alegría aparece sin haberla buscado.
8.- ¿Cuál es el 5º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La sencillez. El pecado lo complicó todo. Antes de la caída la vida era simplemente sencilla, pero en cuanto el hombre cayó vemos como todo lo complica. Se escapa de la presencia de Dios y esto en sí mismo es ya una complicación. Para solucionarla miente, con esa mentira pretende salvar la situación y lo que consigue es lo contrario, complicarlo todo aún más. Comienza a construir ciudades, gobiernos para organizar esas ciudades, jueces que controlen los gobiernos de esas ciudades y al final terminamos con la vida completamente fragmentada, dividida, y esto es lo contrario de la sencillez.
La vida en la iglesia (tal y como lo vimos en el v. 42) es muy sencilla, sin complicaciones, sin fragmentar.
Este v. 46 habla de que comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Un corazón sencillo es un corazón de una sola pieza, que no tiene doblez, que no está compuesto por varios fragmentos divididos en fidelidades diferentes. Esto es un corazón sencillo, alguien que no desea a Dios y a las riquezas, porque tiene un corazón íntegro, dirigido en una sola dirección.
La sencillez de los cristianos deriva de un corazón limpio, sincero, no dividido entre Dios y las riquezas. Ya no buscamos en nuevas filosofías o la última moda en superación personal. No buscamos, porque ya hemos encontrado y lo que hemos encontrado es a Jesucristo.
9.- ¿Cuál es el 6º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La alabanza. Estos cristianos, alababan a Dios y además lo hacían todos los días. Hay algo inimitable en la vida de un cristiano.
Uno puede asistir a la iglesia y escuchar la doctrina de los apóstoles, puede estar rodeado de otros cristianos teniendo comunión con ellos, puede incluso participar de la Cena del Señor y de las oraciones en la iglesia. Pero lo que nunca hará una persona, a no ser que sea un verdadero cristiano, será adorar a Dios. Puede cantar, pero no alabar. Y eso es porque el diablo odia a Dios.
Y es que la alabanza no es cantar solamente. Tampoco es necesario cantar muy bien. De hecho hay veces que la excelencia en las canciones puede impedir una verdadera adoración, cuando nos centramos en lo accesorio.
La adoración parte del corazón, pero no de cualquier corazón, sino de un corazón agradecido al reconocer lo que Dios ha hecho en su vida. Parte de un corazón que después de haber vivido una vida desgraciada (y todos antes hemos tenido una vida desgraciada), le da las gracias por haberle revelado la verdad de su vida y la salvación tan grande que significa la muerte de Cristo por sus pecados.
Alguien que ha descubierto eso, adora y alaba con un corazón sincero, sin importarle nada de lo que los demás piensen.
10.- Dime tres motivos que debieran estar en la base de nuestra alabanza.
  • Que nos ha salvado.
  • Que nos ha salvado de una manera espectacular, entregando a Su propio hijo unigénito por alguien (tú y yo) que no lo merecíamos.
  • Y que todavía nos está salvando. O sea el reconocimiento de nuestra pobreza espiritual y nuestra más absoluta necesidad.
11.- ¿Cuál es el 7º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
Buen testimonio.
No dar que hablar mal, sino todo lo contrario. Dando lo que necesita la gente.
No consiste en dar lo que te piden.
Llevar a las personas a Cristo.
12.- ¿Cuál es el 8º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La salvación no viene por ti, ni por mí. Es el Señor el que añade, cada día, los que han de ser salvos. La obra es de Él. Tú y yo simplemente “siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lc. 17:10).
Lo que dice es: “que los añadía cada día a la iglesia”. Por eso muchos cristianos que dicen que pueden vivir sin la iglesia (cuando realmente tienen una iglesia a la que pueden asistir) lo que están haciendo es negando el valor que tiene este v., ya que el Señor añade a al Iglesia y no a tu casa, aquellos que habrán de ser salvos.
Esto nos pone en nuestro sitio: nadie trae a nadie a la salvación. Es Cristo quien añade. Y esto es para la gloria de Dios.

domingo, 1 de abril de 2012

 

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