lunes, 12 de diciembre de 2011

Reflexión semanal del 12 al 18 de Diciembre

DOS PUERTAS, DOS CAMINOS
(Mateo 7:13-14)
Objetivo: Una vez llegados a este punto, ¿nos atrevemos a entrar de verdad y a seguir?
1.- Cuando el Señor nos ha planteado durante todo el SM que tenemos dos opciones, (dos clases de justicia, dos tesoros, dos señores) significa que es radical. ¿Por qué a la gente le/nos molesta tanto esto? ¿Cómo es Él y cómo nosotros?
A todos, a mí el 1º me hubiera gustado que Jesús me hubiese dado más posibilidades, pero como dijimos el domingo pasado, Dios es un Dios de absolutos, no de relativos (no hay grises). Él es absolutamente bueno, Él es absolutamente santo, Él es absolutamente justo. No relativamente bueno, relativamente santo, relativamente justo. Esto nos destroza porque todos preferiríamos que Jesús nos hubiese dado más opciones.
Incluso hubiésemos preferido que no nos hubiese obligado a tomar ninguna decisión.
Pero no es así y eso es porque Dios no tolera el pecado relativamente. No lo tolera en absoluto. El pecado no tiene nada que ver con su naturaleza. Por eso la elección que nos plantea es radical.
Él es absolutamente santo y nosotros no, por eso no nos gusta su radicalidad.
VV. 13-14
2.- Al leer estos vv. 13 y 14 ¿seguimos viendo un mensaje radical? ¿Por qué?
La orden es: Entrad por la puerta estrecha (esto es imperativo). Nos da dos posibilidades, pero una sola elección. Y es una elección porque no puedes entrar por una y por la otra, como a todos nos gustaría (incluso hay algo que nos gustaría mucho más: no entrar por ninguna).
Es un Dios tan absoluto que te dice que, incluso cuando no eliges, ya has elegido. Así de radical es Cristo, así de radical es el Evangelio.
3.- Dime (por lo menos) dos pasajes de este SM, en los que podamos apoyar que los vv. 13 y 14 están dichos a la gente de la iglesia y no a la gente del mundo. ¿Por qué?
Mt. 5:1-2 y 7:21-22.
Nadie del mundo le llama “Señor, Señor” a Jesús. NO. El mundo no le llama Señor a Cristo, ni profetiza en el nombre de Cristo, ni hace milagros en Su nombre. Esto ocurre en Su iglesia, aunque muchos de ellos no sean de Su iglesia.
4.- Si has podido responder a la pregunta 3, dime: ¿Cuál crees que es el motivo por el cuál Jesús se dirige a nosotros en estos términos tan duros?
Para advertirnos de que podemos estar transitando por el camino ancho sin que nos demos cuenta.
5.- ¿Cómo vincula Jesús la puerta y el camino que llevan a la vida? ¿Por qué lo hace?
Algo que sorprende en el evangelismo actual es que sólo se habla de la puerta y no se habla del camino. La pregunta que se hace es: ¿has recibido a Cristo? sí, pero... ¿estás caminando por el camino angosto o por el espacioso? Esta segunda cuestión ni se plantea en la mayoría de las ocasiones a los cristianos. Sin embargo Jesús no separa una de la otra: porque estrecha es la puerta, y (conjunción copulativa) angosto el camino.
No se ve ningún tipo de separación, pero nosotros la hacemos. Pues muy mal, porque resulta que Jesús nos plantea el tema de la salvación así: juntas la puerta y el camino. Y además por una razón muy práctica, y es la siguiente: Sólo sabrás si has pasado por la puerta estrecha si es que estás transitando por el camino angosto, sino... olvídate. No pasaste, no te engañes.
La mayoría de nosotros pensamos que somos salvos porque tomamos una decisión por Cristo y eso es, en cierta manera cierto. Es por fe y en ese momento fuimos justificados por la sangre de Cristo. Pero la certeza de mi salvación no está ahí.
Dios sabe si yo fui sincero en mi decisión, pero yo no. Porque el corazón es engañoso como nos dice Jeremías. "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9). 
Entonces Jesús da una solución a mi incertidumbre sobre mi salvación. Es esta: la evidencia de que pasaste por la puerta estrecha, es que estás caminando por el camino angosto.
6.- ¿Son estos vv. 13 y 14 una invitación a entrar en el reino de los cielos?
Si está dicho a sus discípulos.... “Entrad” no será una invitación, será una orden. Somos sus siervos, sus esclavos por amor.
Por lo tanto, y con todo mi respeto hacia otros comentaristas bíblicos, yo no veo aquí una invitación. Jesús comienza con una orden: Entrad por la puerta estrecha. Yo no veo aquí ninguna invitación. Jesús es el Señor y un Señor no invita, un Señor ordena. Recuerda que le está hablando a sus discípulos. Jesús no está haciendo aquí de portero que invita a entrar, Jesús está siendo aquí tu Señor.
Estamos en una guerra, una guerra espiritual. Y nuestro Comandante en Jefe es Cristo. ¿Te imaginas en una guerra, al Comandante en jefe de cualquier ejército invitando a sus soldados a entrar en combate? ¡Ridículo!! ¿verdad?
Volvemos a ver el carácter absoluto de Dios (y Jesús es Dios), no sólo te da una opción de dos; sino que te ordena una de las dos. Es una orden. Y si no obedeces... desobedeces y punto. No hay más.
Está hablando a sus discípulos, y el cristiano que piensa que Jesús es simplemente un complemento de su vida, no ha entendido la naturaleza de la vida, la situación en la que se encuentra. Y la situación en la que estamos es de guerra contra el pecado. No hay lugar para las invitaciones, sólo hay lugar para obedecer las órdenes, porque de lo contrario será el caos.
Y creo que todos nosotros hemos descubierto que cuando hemos desobedecido al Señor, nuestra vida ha sido un caos.
7.- ¿Te molestan las palabras de Jesús: Entrad por la puerta estrecha?
Él nos está diciendo (con otras palabras) que: “si verdaderamente sois mis discípulos, entonces debéis obedeced”. No hay otra. Y eso a un verdadero discípulo no le molesta. Esto sólo les molesta a los que no lo son. Así que si ves en esta orden una molestia en vez de un gozo, entonces tú no estás en esta guerra, tú no eres (hoy por hoy) su discípulo.
8.- Primero viene la puerta, luego el camino ¿por qué?
Es lógico que 1º venga la conversión (justificación) y luego la progresión en la vida cristiana (la santificación).
9.- Dos puertas, dos caminos ¿significa esto que la verdad que nos plantea Jesús es absoluta o relativa?
Ante estas puertas sólo hay una decisión que tomar, una y nada más. Y la decisión que tomes hará que automáticamente la otra quede descartada. Y esto es lo que no le gusta escuchar a la gente, ya que estamos en un mundo relativista. No hay una verdad absoluta, dicen, sólo verdades relativas... si a ti te va bien...
Esto se ha introducido en la iglesia de manera que hay cristianos que dicen que mientras estés bien, todo está bien que eso es lo importante.
Pero Jesús no habla de cómo nos sintamos sino de si seguimos la verdad que es Él. Y es que no se trata de sentir, se trata de saber que estamos obedeciendo a la verdad que es Cristo.
Entrad (dice Jesús) y esto no se hace por sentimiento, se hace por obediencia a la verdad. Poca gente en el mundo “siente” que hace las cosas mal, sin embargo eso no significa que no estén equivocados. Así que el sentimiento no es ninguna garantía de que estás en la verdad.
10.- La puerta ancha NO implica:
No implica esfuerzo, no hay nada que pensar o decidir. De hecho es tan ancha la puerta y tan abierto el camino que estamos en él, antes de darnos cuenta que hay que decidir. Por lo tanto la puerta ancha no requiere decisión para entrar. Todos estamos ante esa puerta simplemente por estar viviendo en este mundo. Estar ahí no requiere ni energía, ni búsqueda, ni compromiso, ni esfuerzo para encontrar nada.
11.- La puerta estrecha SÍ implica:
Jesús nos manda a sus discípulos que entremos por la puerta estrecha, porque esta puerta necesita de una decisión, la decisión de obedecer. Jesús NO dice que por la ancha se pueda entrar (porque todos ya hemos entrado por ella) lo que dice es que por la estrecha SÍ hay que entrar.
12.- ¿Cómo se entra y cómo es alguien que pasa por una puerta estrecha?
Pues es alguien que se tiene que humillar (negándose a sí mismo), es alguien que se tiene que inclinar (agachándose… volviéndose como un niño). Ya explicamos lo que significaba el ser como un niño. No se trataba de inocencia (no hay nadie inocente) se trataba de dependencia, depender de mi Padre celestial para todo, como mis hijos dependen de mí para todo.
Se entra despojándose de todo lo que sobra (el viejo hombre), y soltar las mochilas que llevamos de años y que nos estorban para poder entrar. Son bultos que estorban para entrar y que pesan para el camino. Es curioso: Hay que soltarlos en la puerta, antes de entrar, sino no entras. Así que si hoy llevas bultos que te impiden caminar: échalos lejos, porque a veces por el camino volvemos a cargar con lo que en su día desechamos.
13.- ¿Cómo se transita por el camino ancho?
Por el camino ancho es fácil transitar. No es necesario pensar, no es necesario reflexionar, no es necesario cuestionarse nada. Como es ancho, andes por donde andes irás cómodo. Hay tanto sitio para caminar por ese sendero amplio, que es difícil salirse del camino, por mucho que te desvíes siempre estás en él. Hay pocas señales de prohibición, pocas restricciones, pocas órdenes. Puedes detenerte en alguna atracción o seguir caminando hacia otra distracción. Hay mucho entretenimiento, y lo hay para todos los gustos. Hay cosas muy atractivas por todos los lugares.
14.- ¿Cómo se transita por el camino angosto?
Este camino es estrecho y difícil. Requiere compromiso, determinación, disciplina, control y negarse a uno mismo (porque a veces tendrás la tentación de volverte al camino ancho, y es que hay muchos desiertos alrededor de ese camino que te harán desistir. Es tan estrecho que no hay sitio para desviarse a izda. o dcha. Es muy difícil avanzar. Y se necesita estar muy atento para no salirse.
15.- ¿Por qué la gente te animará a ir por el camino ancho?
Para que no pienses, que no te plantees nada y así puedas seguir perdido. Por eso cada día se te ofrecerán más diversiones y más entretenimientos cuyo fin consiste en que ni te plantees la existencia de Dios y el desastre de tu propia vida, y así, además, tienen la excusa de justificarse en sus propias iniquidades. Así nadie molesta a nadie.
16.- Los viajeros son pocos. ¿Porqué y a quién se refiere el Señor?
7:14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
¿Por qué le dice a sus discípulos que son pocos que la hallan? Sencillamente porque hay pocos que la busquen. Es una puerta que hay que buscar deliberadamente y esto no lo hacen las multitudes, esto lo hacen sus discípulos.
En otras palabras uno de los peligros mayores con que nos enfrentamos es el de escuchar la Escritura, leerla, asentir con la cabeza, pero nunca hacer nada para cumplirla, para obedecerla. O sea no buscamos la puerta estrecha. Los de afuera ni siquiera la están buscando, así que no se puede referir a ellos.
Sólo los discípulos son los que 1º piden y luego buscan y al llamar hallan.
Así que la conclusión es dramática: los cristianos que son, son muchos menos de los que hay. En otras palabras: los que son iglesia son pocos comparados con los que van a la iglesia.
17.- ¿En qué se parecen y en qué se diferencian los dos destinos?
Los dos son eternos.
Uno lleva a la vida, el otro a la separación eterna de Dios (muerte).
 

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