lunes, 2 de abril de 2012

Reflexión semanal del 2 al 8 de Abril

LOS RESULTADOS DE LA SENCILLEZ EN LA IGLESIA
(Hechos 2:43-47)
Objetivo: Examinar los resultados que proporciona el perseverar en lo que hay que perseverar (y no en cuestiones accesorias) y que desemboca, entre otras cosas, en la felicidad en esta vida.
V. 43
1.- ¿Cuál es el 1er. resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
El temor.
Lo 1º que hay que decir es que no es el temor a los hombres o a las circunstancias de lo que habla este v; sino que de lo que se trata es del temor de Dios. El temor a Dios es respeto. Respeto de quién es Él y de Su soberanía. Él no es cualquiera y si me dice que algo ha de hacerse, yo he de hacerlo porque sé (aunque no lo crea, o no lo sienta, o no lo vea), sé que debe ser así. Ese temor, que es limpio (como dice el Sal. 19:9), produce en mí, vida. Porque me hace no cometer las imprudencias que mi carne y mi corazón me invitarían a hacer y eso yo lo agradezco.
También es un temor santo, porque me sé siempre delante de la presencia de Dios. Hay muchas personas que no tienen temor de Dios, aunque van a la iglesia. Si es que hay alguien que no tiene ese respeto, es que esa persona no tiene conciencia de quién es Él, y por lo tanto no hay temor de Dios.
El temor a los hombres o a las circunstancias no produce las mismas consecuencias que el temor de Dios. No es un temor santo, por eso ese temor del mundo me lleva a la angustia, a la culpa, a la zozobra, al dolor. El de Dios produce vida.
2.- ¿Por qué viene en 1er. lugar este resultado que acabas de analizar?
El temor de Dios es el 1er. resultado de las 4 cosas que vimos en las cuales había que perseverar, porque cuando uno persevera en ellas (la doctrina de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y las oraciones) entonces es cuando te viene el entendimiento de quién es Él y de quién soy yo y eso provoca en 1er. lugar: el temor de Dios.
3.- Lee Lc. 5:4-11 y desarrolla el “temor” que ves ahí.
Jesús no le había dicho nada, ni le había regañado, ni le había dicho que era un pecador. Sin embargo Pedro, al darse cuenta quién estaba delante suyo, se arrodilló porque le vino temor y eso ocurrió porque fue consciente de quién es Él y de quién es Pedro. Y ese temor (que no es el temor del mundo) produce paz: “Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”. Si ese temor, no produjera paz, no le hubieran seguido.
4.- ¿Cuál es el 2º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
Maravillas son cosas que puedes hacer, con las cuales dejas al de enfrente estupefacto, sin habla.
Lo que no es, son esos milagros que a veces pedimos, como si la iglesia fuese un circo, en vez de desear ser llenos del ES como nos dice Ef. 5 y 6.
Estas maravillas y señales las conseguiremos porque serán el producto de poner en práctica el v. 42 y no de desear perseverar en otras cosas que pudieran aparentar más espectaculares.
Estas maravillas y señales tienen un objetivo: sorprender, dejar estupefactas a las personas y que así puedan glorificar a Dios.
5.- ¿Qué significa que... “eran hechas por los apóstoles”?
Por los apóstoles, significa que serán hechas a través de... los apóstoles. Este “por” se entiende mejor en inglés o en griego. Es algo que ya estaba preparado de antemano por Dios y que será hecho a través de nosotros. Somos canales, vías por las cuales descienden las maravillas de Dios.
6.- ¿Cuál es el 3er. resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
Solidaridad. Estamos en unos momentos en que de repente se habían añadido 3.000 personas, que habían venido de fuera para la fiesta de la Pascua y que se quedaron hasta Pentecostés. Eran personas que necesitaban apoyo, porque surgió un imprevisto (la conversión de tantas personas) y por lo tanto apareció una necesidad.
Y la comunión de unos con otros provocó este milagro en el corazón: la solidaridad, la fraternidad, el apoyo mutuo. Que es lo contrario del egoísmo, del desamparo.
En ningún lugar de la Biblia se obliga a vender todas las cosas. En estos vv. no se habla de comunismo. Los que piensan que esto es comunismo, están muy equivocados. La Biblia no habla ni de comunismo ni de capitalismo. La Biblia de lo que habla es del corazón de Dios y del corazón del hombre. Y la gran diferencia entre ambos.
El capitalismo te dice que lo mío es mío. El comunismo que lo tuyo es mío, pero el cristianismo me dice que lo mío es tuyo.
No habla de una imposición, como en el comunismo. Se trata de hacerlo por amor. Somos mayordomos de lo que tenemos en esta tierra y el dueño es Dios. Por eso cuando apareció esta necesidad en Jerusalén, todos tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
Vemos, pues, que nadie quitaba nada a nadie. Ni siquiera se repartía de manera igualitaria, sino que lo repartían a todos según la necesidad de cada uno, que es muy diferente. Se amaban tanto, que no estaban dispuestos a que nadie pasase necesidad. Así que, si un hermano tenía dificultades, cualquier otro estaba dispuesto a vender lo que tenía para ayudarle. Y eso nos habla de una comunión extraordinaria. O sea: eran uno.
7.- ¿Cuál es el 4º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La alegría.
La alegría depende totalmente de un factor previo: el temor de Dios. Algo que al mundo le parece una locura, pero que es el principio (la base) de una verdadera y correcta concepción de la felicidad.
No consiste en la alegría del mundo.
En el mundo: no puedes encontrar la felicidad sin algún tipo de droga (o sea que depende de las circunstancias externas).
El gran problema de esta “alegría” es que proporciona una satisfacción pasajera y superficial y además cada vez demanda más energía externa (dinero, tiempo, drogas, etc)
Toda esa alegría que el mundo ofrece , desaparece en cuanto desaparece aquello que la sustenta. Si no tienes dinero, si no puedes pagarte el cine, si no tienes tiempo para gastar, incluso si no tienes salud, entonces ya no tienes alegría, ya no tienes placer, ya no eres feliz.
Con Cristo: La alegría del cristiano no está basada en cosas externas (en las circunstancias), por eso es más que una simple alegría, es un gozo profundo y no superficial. Esta alegría, basada en el gozo de la salvación, incluye el elemento que hemos visto en 1er. lugar hoy: el temor de Dios.
Así que cuando nos centramos en perseverar cada día en el templo y en las casas, es cuando la alegría aparece sin haberla buscado.
8.- ¿Cuál es el 5º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La sencillez. El pecado lo complicó todo. Antes de la caída la vida era simplemente sencilla, pero en cuanto el hombre cayó vemos como todo lo complica. Se escapa de la presencia de Dios y esto en sí mismo es ya una complicación. Para solucionarla miente, con esa mentira pretende salvar la situación y lo que consigue es lo contrario, complicarlo todo aún más. Comienza a construir ciudades, gobiernos para organizar esas ciudades, jueces que controlen los gobiernos de esas ciudades y al final terminamos con la vida completamente fragmentada, dividida, y esto es lo contrario de la sencillez.
La vida en la iglesia (tal y como lo vimos en el v. 42) es muy sencilla, sin complicaciones, sin fragmentar.
Este v. 46 habla de que comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Un corazón sencillo es un corazón de una sola pieza, que no tiene doblez, que no está compuesto por varios fragmentos divididos en fidelidades diferentes. Esto es un corazón sencillo, alguien que no desea a Dios y a las riquezas, porque tiene un corazón íntegro, dirigido en una sola dirección.
La sencillez de los cristianos deriva de un corazón limpio, sincero, no dividido entre Dios y las riquezas. Ya no buscamos en nuevas filosofías o la última moda en superación personal. No buscamos, porque ya hemos encontrado y lo que hemos encontrado es a Jesucristo.
9.- ¿Cuál es el 6º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La alabanza. Estos cristianos, alababan a Dios y además lo hacían todos los días. Hay algo inimitable en la vida de un cristiano.
Uno puede asistir a la iglesia y escuchar la doctrina de los apóstoles, puede estar rodeado de otros cristianos teniendo comunión con ellos, puede incluso participar de la Cena del Señor y de las oraciones en la iglesia. Pero lo que nunca hará una persona, a no ser que sea un verdadero cristiano, será adorar a Dios. Puede cantar, pero no alabar. Y eso es porque el diablo odia a Dios.
Y es que la alabanza no es cantar solamente. Tampoco es necesario cantar muy bien. De hecho hay veces que la excelencia en las canciones puede impedir una verdadera adoración, cuando nos centramos en lo accesorio.
La adoración parte del corazón, pero no de cualquier corazón, sino de un corazón agradecido al reconocer lo que Dios ha hecho en su vida. Parte de un corazón que después de haber vivido una vida desgraciada (y todos antes hemos tenido una vida desgraciada), le da las gracias por haberle revelado la verdad de su vida y la salvación tan grande que significa la muerte de Cristo por sus pecados.
Alguien que ha descubierto eso, adora y alaba con un corazón sincero, sin importarle nada de lo que los demás piensen.
10.- Dime tres motivos que debieran estar en la base de nuestra alabanza.
  • Que nos ha salvado.
  • Que nos ha salvado de una manera espectacular, entregando a Su propio hijo unigénito por alguien (tú y yo) que no lo merecíamos.
  • Y que todavía nos está salvando. O sea el reconocimiento de nuestra pobreza espiritual y nuestra más absoluta necesidad.
11.- ¿Cuál es el 7º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
Buen testimonio.
No dar que hablar mal, sino todo lo contrario. Dando lo que necesita la gente.
No consiste en dar lo que te piden.
Llevar a las personas a Cristo.
12.- ¿Cuál es el 8º resultado? ¿En qué consiste, en qué no consiste y cuál es su objetivo?
La salvación no viene por ti, ni por mí. Es el Señor el que añade, cada día, los que han de ser salvos. La obra es de Él. Tú y yo simplemente “siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lc. 17:10).
Lo que dice es: “que los añadía cada día a la iglesia”. Por eso muchos cristianos que dicen que pueden vivir sin la iglesia (cuando realmente tienen una iglesia a la que pueden asistir) lo que están haciendo es negando el valor que tiene este v., ya que el Señor añade a al Iglesia y no a tu casa, aquellos que habrán de ser salvos.
Esto nos pone en nuestro sitio: nadie trae a nadie a la salvación. Es Cristo quien añade. Y esto es para la gloria de Dios.
 

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