lunes, 23 de enero de 2012

Reflexión semanal del 23 al 29 de Enero

LOS DOS FUNDAMENTOS
(Mateo 7:24-27)
Objetivo: Averiguar sobre qué fundamento hemos construido nuestra casa.
Vv. 24-27
1.- “Cualquiera”, ¿qué significa?
Cualquiera es cualquiera. El Evangelio no depende de tu capacidad para entenderlo, sino de tu disposición para reconocer tu necesidad. De esta manera y después de reconocer tu necesidad (reconocer que estás mal, muy mal) es cuando viene la capacidad para oírlo y entenderlo y después de oírlo es cuando viene la fe (Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios - Rm. 10:17). Para después (y sólo después) de tener una relación personal con Cristo, poder hacerlo.
Por lo tanto (y según Jesús) no hay nadie que no pueda, porque cualquiera puede... según Jesús nos dice.
No se trata, pues, de un Evangelio elitista, de un Evangelio para los que pueden, sino de un Evangelio (precisamente) para los que no pueden. No es un Evangelio para los que se creen sabios, ni los que se ven poderosos, ni los que se consideran nobles. Sino que lo más necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo débil para avergonzar a lo fuerte y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia (1ª Cor. 1:26-29).
Cualquiera... Esto son buenas noticias, porque todos estamos incluidos en estas buenas noticias... si reconocemos esta necesidad.
2.- “Que me oye estas palabras”, ¿qué significa?
Se refiere a todo lo que acaba de decir, a todo lo que en el SM hemos oído. Y resumiendo, ¿qué hemos oído en este SM? Pues que para nosotros, como seres humanos caídos, para nuestro carácter es completamente imposible poder hacer la voluntad de Dios.
Porque ¿quién puede (por ejemplo) amar a sus enemigos? (amar a tus enemigos, no es darles lo que quieren, sino orar por ellos y bendecirles dándoles bien por mal). Hacer esto es absolutamente imposible para la carne, para un hombre no nacido de nuevo.
Jesús también nos decía que cualquiera que repudie a su mujer, es él el que ha cometido el adulterio, y que si miro a una mujer con codicia, ya he cometido adulterio en mi corazón. Cualquiera que se enoje contra su hermano será culpable de juicio y cualquiera que el diga necio a su hermano será culpable ante el concilio, y el que le llame fatuo quedará expuesto al infierno de fuego.
3.- “Y las hace”, ¿qué significa?
¿Quién puede hacer estas cosas? Pues nadie puede, nadie que no haya puesto su casa sobre la roca. Y ¿cómo puedo poner mi casa sobre la roca para poder hacer estas palabras que oímos? Pues para poder hacer estas palabras debemos empezar por el principio. Y el principio estaba en la 1ª Puerta, en la 1ª Bienaventuranza: reconociendo mi pobreza espiritual. Reconocer que yo, por mí mismo, no puedo, que necesito ser salvado. Oír estas palabras. (Oír significa entender y ahora entiendo porque tengo comunión, relación con Cristo).
4.- “Le compararé”, ¿qué significa? Explica también,  qué significa “casa”, “roca” y “arena”. ¿Cuál es la advertencia?
El Señor quiere trasladar todo lo que ha dicho en el SM a una explicación gráfica (una parábola). Quiere que sepamos que todo lo que ha dicho hasta ahora será imposible que lo “hagamos” si es que nuestra casa no está sobre la roca que es Jesús.
  • Casa: eso sí se ve, es lo que digo y lo que hago. Y lo que hago pueden ser obras en la carne o frutos del E. Y serán obras o frutos dependiendo de dónde esté asentada la casa.
  • Arena / Roca: sobre quien construyo. Eso no se ve. Eso es comunión íntima conmigo o con Jesús. Eso son mis cimientos. O yo o Jesús. O mi propia prudencia o Su consejo.
En estos 4 vv. veremos dos tipos de casas. La diferencia entre ambos edificios existe, aunque no se ve. La diferencia está en los fundamentos, en el lugar donde están asentados los pilares de la casa. Esta diferencia sólo se esclarece una vez que vienen los ríos, las lluvias y vientos... Y eso siempre viene.
El Señor nos quiere dar una advertencia. La advertencia de que puede haber dos personas viviendo vidas similares (por fuera no se distinguen fácilmente), pero cuando llegan las pruebas, es ahí dónde se establecen las diferencias y lo que es peor, al final, durante la inundación, la casa colapsa. Luego hablamos de la inundación.
Ambas personas parecen estar construyendo vidas cristianas.
5.- ¿A quién está dicha esta parábola? ¿Dónde lo lees en estos cuatro vv.?
Durante todo este SM le está hablando a la iglesia. Esta parábola no está dicha a la gente del mundo como muchas veces pensamos. Evidentemente se le aplica a ellos también. Pero la advertencia está dicha ¿a quién? al que me oye estas palabras, o sea a nosotros los que estamos “escuchando” sus palabras. El mundo no escucha Sus palabras.
Aquí Jesús no hace un contraste entre los cristianos y los no cristianos, sino que pone en contraste a los cristianos verdaderos, con los cristianos que no lo son. Estos últimos son los que han hecho una “profesión de fe” y que incluso “hacen” obras en la carne, pero que no tienen una relación personal con el Señor, aquellos a los que el Señor no conoce.
Se lee en: “que me oye estas palabras”. Vv. 24 y 27.
6.- ¿Qué tienen en común ambos constructores?
Ambos tenían el mismo deseo: ambos querían una casa (una vida cristiana) y en un mismo lugar (la iglesia). Y aparentemente lo consiguieron, ya que ambas casas eran similares.
Las dos personas tenían los mismos deseos, los mismos anhelos, cantaban las mismas canciones y tenían los mismos intereses. Ambas personas oyen las mismas palabras (escuchan los mismos sermones). Ambas son miembros de la iglesia visible. Ambas leen la Biblia, compran libros cristianos. Ambas cantan al Jesús y le llaman Señor, Señor, incluso diezman. Ambas personas desean ir al cielo.
Ambas personas diseñaron una casa muy similar y en la misma localidad, y ambas personas llegaron a tener las mismas pruebas.
Por lo tanto ambas personas construyen casas muy similares.
7.- ¿Cuáles son sus diferencias?
La diferencia era su fundamento.
La diferencia está en que unos tienen comunión con Él, y otros no, de hecho no tienen comunión espiritual ni siquiera con sus hermanos.
La diferencia existe, aunque no se ve a simple vista. La diferencia que hay entre ambas personas está en los cimientos de sus vidas y dónde descansan esos cimientos (roca o arena). Las diferencias están ocultas... pero existen.
La cuestión pues, no es si oyen la enseñanza de Jesús (ya que la oyen porque están en la iglesia). Ni siquiera si la respetan o la creen (ya que la respetan y la creen), tampoco si hacen cosas piadosas (ya que, como vimos en el v. 22, sí las hacen). La cuestión es si hacen lo que oyen, porque tienen comunión con Él, ya que estas cosas que vimos en el SM sólo se pueden hacer si estamos en comunión con Él, de manera que Él viva en nosotros y nosotros en Él.
Este tema de la comunión con Cristo, de conocerle, es importantísimo porque es lo que hace la diferencia. Cuando hacemos obras en las que Jesús nunca tuvo nada que ver, somos como esas personas que dicen “Señor, Señor”, aunque su vida está fundada sobre la arena de este mundo.
8.- ¿Qué significan la lluvia y los vientos? ¿Qué significan los ríos?
Las pruebas.
El juicio final. Los ríos implica que tu casa es inundada por ríos crecidos por lluvias.
9.- ¿Por qué son importantes en nuestra vida la lluvia y los vientos?
Son importantes, necesarias y hasta gozosas. Porque nos ayudan a descubrir nuestra verdadera situación, dónde hemos edificado.
Por lo tanto, debemos descubrir dónde hemos cimentado la casa antes de la inundación del día del juicio, ya que entonces la ruina será grande.
Si el viento o la lluvia la empiezan a resquebrajar, todavía estamos a tiempo de derribarla completamente nosotros mismos y fundar una nueva de verdad (sobre la roca). Si no, el problema de verdad ocurrirá cuando llegue la inundación, porque ya entonces resultará demasiado tarde.
10.- ¿Qué actividad implica el llegar hasta la roca? Lee Lc. 6:48.
Cavar y ahondar para poner el fundamento sobre la roca. Esto lleva tiempo. No es lo mismo cavar para asegurarse llegar a la roca, que construir sobre la arena. Que este hombre cavó, se ve más claro en el pasaje paralelo de Lc. 6:48 “Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”.
Cavar significa que este hombre llegó a la roca y por lo tanto ahora entiende a Jesús cuando habla, y le entiende porque tiene comunión con Él.
Los dos construyeron su casa con buen tiempo, cuando no llovía, ni hacía viento. Pero a uno le llevó más tiempo la construcción (porque cavó). Uno escuchaba y atendía a los consejos y advertencias. Esto lleva tiempo. El otro tenía prisa y no le daba importancia a nada de lo que se le advertía.
Construir una casa es algo serio y hay que hacer caso a las instrucciones, porque luego será demasiado tarde. El hombre que construye su casa a toda prisa y sin fundamento (sobre la arena), es el hombre que no cree que sea necesario consultar el manual de construcción de casas, no cree en el arquitecto, no desea sus planos ni sus consejos. De hecho, todos estos detalles le parecen algo innecesario, pesado y no le interesan.
La vida cristiana lleva tiempo. No es fácil, hay que cavar para ahondar en nuestra relación con Jesús. Y al llegar a la roca escucharemos cosas que no son agradables de escuchar, pero que son ciertas.
Cavar hondo es llegar a la roca, llegar a Jesús y escucharle decir: que no somos buenos, que estamos llenos de inmundicia y cargados de pecado... y es entonces cuando le entenderemos porque tenemos comunión con Él (estamos sobre la roca).
 

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