miércoles, 3 de noviembre de 2010

Reflexión semanal del 1 al 7 de Noviembre 2010

Querida familia de Semilla de Mostaza:

¡Menuda semana!! Hemos vivido momentos muy intensos todos juntos. El sábado, el Estudio Bíblico que nos compartió Ulisses, fue de gran bendición para todos. A mí se me quedó grabado lo de la respiración "Jahvé" ¿os acordáis? Todo lo que respire, alabe al Señor.

Ha sido una semana, como la anterior también lo fue, de fuertes testimonios. El de Ulisses y Jany, el de Gisela y el que nadie esperaba... el de Luana.

Todo lo que he visto estos días ha sido un regalo del cielo, algo que el hombre natural, el que no es nacido de nuevo, ni se imagina que puede existir. Y es que ver las vidas transformadas de personas rotas y enfermas es un milagro… es el verdadero milagro.

Todos, repito, todos en la iglesia estamos enfermos. La diferencia con las personas que no son cristianas es que nosotros, no sólo nos reconocemos enfermos, sino que vamos al hospital para que nos examinen y además nos dejamos curar con Su Palabra todos los días.

Esta semana he visto milagros, algo que tú también has visto, seguro, pero no nos acostumbremos. Asombrémonos cada día de lo que Dios hace en las personas que llegan con las manos vacías y el corazón dispuesto.

Esta semana he visto a Ulisses y Jany gozarse del poder de Dios en la vida de personas que no conocían, he visto a Gisela llorar por encontrar una familia ("Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre" Marcos 3:34-35), he visto a Juan cambiar su precaución al Evangelio por curiosidad y hasta hambre por saber más de Jesús, he visto a Enmanuel disfrutar de la Biblia con Jany y Pilar (a las que agradezco su servicio en la escuela dominical), he visto a Luana entregar sus problemas en oración a Jesús.

Como te decía antes, no te acostumbres a esto, porque esto no es normal en el mundo.

Tampoco te conformes, porque Dios tiene más para Su pueblo y Su pueblo eres tú y soy yo.

Fue un buen día para conmemorar la Reforma Protestante. Y en la predicación recordamos lo que Pablo decía que teníamos los que aceptábamos el sacrificio de Cristo: una Victoria.

NUESTRA VICTORIA
Ese era el título de nuestra predicación, y… ¿cuál era esa victoria?: Pues ser hijos de Dios, algo que consiguió Jesús con su sangre derramada para rescatarnos. De esa manera nosotros podíamos aceptar ese sacrificio y, por lo tanto, también su herencia que era Su gloria.

El próximo domingo explicaremos lo que significa recibir como herencia la gloria de Dios. Porque así, como suena, no parece gran cosa, pero profundizando encontraremos tesoros escondidos en los versículos de Pablo a los Romanos.

Veremos Romanos 8:19-39.

Texto bíblico para memorizar: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”  (Rom. 8:14).

Ven con ganas de aprender de su Palabra; es Vida, es Gozo, es Paz. 

Nos vemos el domingo,

Tony
pastor SemillaBilbao.
 

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